Premio para las plantas que depuran aguas negras y ríos
- La tecnología de la firma extremeña QUARQ ENTERPRISE SA permite por una inversión de 200 euros por habitante crear un tamiz verde de plantas acuáticas cuyas raíces inyectan el oxígeno necesario para sustituir a las depuradoras en núcleos pequeños.
La esencia de la innovación más exitosa radica en resolver un problema universal de la forma más sencilla. Por ejemplo, revolucionar la depuración de aguas residuales en pequeños municipios usando... plantas. Sí, plantas.
La compañía extremeña QUARQ ENTERPRISE SA ha desarrollado un proyecto único tanto a nivel nacional como a nivel mundial, aQuarQ, que mejora los conocidos como filtros verdes, las depuraciones por plantaciones que realizan de forma natural un proceso tradicionalmente tecnológico. La novedad que aporta la firma son sus plantas en flotación, que consiguen un «tamiz o alfombra con el crecimiento de las raíces de helofitas -plantas acuáticas- que evita flujos preferenciales o resistencia». Sustituyen el consumo eléctrico propio de las depuradoras convencionales por la inyección de oxígeno natural de las plantas. El avance de QUARQ ENTERPRISE SA ha ganado premio a la innovación en la Feria del Agua de Zaragoza Smagua.
El proyecto está pensado para solventar los problemas de los pequeños municipios que no depuran su agua. «Normalmente lo que se hace es unificar todos los pueblos pequeños en una depuradora convencional, por lo que el caudal de los ríos en toda su trayectoria disminuye», explica el consejero delegado de QUARQ ENTERPRISE SA, Javier Carbonell.
Este resentimiento toma más relevancia considerados los datos que este ingeniero agrónomo ofrece: En Extremadura hay más de 200 municipios sin depuración, que vierten las aguas residuales al arroyo; en Cataluña hay más de 1.000 pueblos sin depuradora y en toda España más de 6.000.
De hecho, cuenta el mismo Carbonell que, fundamentalmente, lo que queda por hacer en España en este campo es la depuración en pequeñas poblaciones. Y precisamente por dirigirse a pequeños municipios, cobra sentido que esta propuesta lo haga de una forma tan acorde con el medio rural.
Lo que requiere aQuarQ es la instalación, en balsas de residuos, de una lámina con una estructura de polietileno en flotación en la que crecerán las helófitas. Estas plantas, que restarán en flotación, se unirán en las raíces. Allí inyectarán el oxígeno que creará las bacterias que descompondrán la materia orgánica del agua y, por ende, la contaminación. Así, limpian mientras ellas se alimentan.
Se necesita instalar 1,8 metros cuadrados de tamiz por habitante con una inversión de 200 euros y un mantenimiento de 20 por habitante. El coste de un sistema tradicional multiplica por cuatro estos precios, según la empresa.
Este proceso ya tiene aplicación práctica. «El año pasado pusimos cuatro de estos tamices en Cuenca», explica Javier Carbonell. «Y en Smagua [La feria anual del agua en Zaragoza] Aguas de Castilla La Mancha nos confirmó que estaban cumpliendo los parámetros que esperábamos».
Esa, explica este ingeniero, fue la mejor noticia de la feria. Aunque no la única: el proyecto tuvo premio a la mejor innovación.
Por tener precisamente un enfoque único, aQuarQ requiere de avales científicos que expliquen su funcionamiento. Y en ello trabajan en colaboración con la Universidad Politécnica de Catalunya. «Hicimos el año pasado una planta para hacer el estudio de modelización de cómo funcionaría nuestra depuradora» según Carbonell. «Lo que hemos buscado es el modelo matemático, hidráulico y cinético de cómo funcionan para hacer un diseño exacto».
Lo que sí saben es que es más barato, mucho más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. La tecnología funciona también en la regeneración de ríos contaminados, se podría utilizar el producto en sistemas de depuración para reutilización de agua en huertos urbanos y podría mejorar humedades y pantanos. Que su planta experimental esté llena de pájaros refleja la integración.
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